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El Primero B en clases de Lenguaje y Comunicación. |
Frente al comentario de mi profesora guía, sobre lo difícil que era el curso debido al desorden y a algunos focos de violencia, siempre pensé que la relación entre los niños era pésima, pero me equivoqué, pues son solo ocasiones en que los ánimos se agitan, percatándome que generalmente, era en días mas bien grises y fríos o muy calurosos.
Son los hombres los que provocan los conflictos dentro de la sala, pues son un grupo numeroso, mientras que las niñas se limitan a trabajar o se distraen conversando o jugando, no son agresivas, es más, le llaman la atención a sus compañeros cuando los ven pelear. Aun así, en general son un cuso muy conversador, lo que provoca que cueste mucho hacer clases y que la profesora grite la mayoría del tiempo.
Me llama poderosamente la atención los focos de violencia existentes en el curso por parte de un grupo de estudiantes, mismo grupo que provocó una situación puntual en la sala de clases del Primer año B el día jueves 29 de septiembre, alrededor de las 17:00 hrs. en la clase de Historia.
Éste grupo de estudiantes comenzó a provocar por asuntos triviales como "devuélveme lo que es mío" o "deja de mirarme" a otros dos compañeros, llegando a los golpes, En ésta situación tuvo que intervenir la profesora y yo, para separarlos. La profesora los retó, dado que ella había pedido que trabajaran en su texto de historia, pero ellos estaban de pié, recorriendo la sala y molestando a varios de sus compañeros, interrumpiendo en reiteradas ocasiones la clase, desconcentrando al resto de sus compañeros.
En éste contexto, para Ascorra y otros, las conductas de agresión y violencia alteran el ambiente escolar repercutiendo negativamente en el aprendizaje. Un buen clima escolar que favorece el aprendizaje estaría definido por tres factores: no violencia, ausencia de perturbaciones para estudiar y amistad (Ascorra, Arias y Graff, 2003).
Si bien considero que en general existe un grado de amistad entre los estudiantes, la violencia se encuentra presente cotidianamente, lo cual sin duda provoca perturbaciones a la hora de estudiar, por lo que a mi juicio, creo que es complejo resolver ésta clase de conflictos, sobre todo considerando que en su mayoría son modelos imitados y puestos en práctica según lo observado en sus propios núcleos familiares, conductas arraigadas que al ser cotidianas, pasan a ser lo normal y natural para los estudiantes, poniendo en jaque el rol de los padres y apoderados en la formación tanto académica como valórica de los niños, sobre todo en su primera infancia.
Son los hombres los que provocan los conflictos dentro de la sala, pues son un grupo numeroso, mientras que las niñas se limitan a trabajar o se distraen conversando o jugando, no son agresivas, es más, le llaman la atención a sus compañeros cuando los ven pelear. Aun así, en general son un cuso muy conversador, lo que provoca que cueste mucho hacer clases y que la profesora grite la mayoría del tiempo.
Me llama poderosamente la atención los focos de violencia existentes en el curso por parte de un grupo de estudiantes, mismo grupo que provocó una situación puntual en la sala de clases del Primer año B el día jueves 29 de septiembre, alrededor de las 17:00 hrs. en la clase de Historia.
Éste grupo de estudiantes comenzó a provocar por asuntos triviales como "devuélveme lo que es mío" o "deja de mirarme" a otros dos compañeros, llegando a los golpes, En ésta situación tuvo que intervenir la profesora y yo, para separarlos. La profesora los retó, dado que ella había pedido que trabajaran en su texto de historia, pero ellos estaban de pié, recorriendo la sala y molestando a varios de sus compañeros, interrumpiendo en reiteradas ocasiones la clase, desconcentrando al resto de sus compañeros.
En éste contexto, para Ascorra y otros, las conductas de agresión y violencia alteran el ambiente escolar repercutiendo negativamente en el aprendizaje. Un buen clima escolar que favorece el aprendizaje estaría definido por tres factores: no violencia, ausencia de perturbaciones para estudiar y amistad (Ascorra, Arias y Graff, 2003).
Si bien considero que en general existe un grado de amistad entre los estudiantes, la violencia se encuentra presente cotidianamente, lo cual sin duda provoca perturbaciones a la hora de estudiar, por lo que a mi juicio, creo que es complejo resolver ésta clase de conflictos, sobre todo considerando que en su mayoría son modelos imitados y puestos en práctica según lo observado en sus propios núcleos familiares, conductas arraigadas que al ser cotidianas, pasan a ser lo normal y natural para los estudiantes, poniendo en jaque el rol de los padres y apoderados en la formación tanto académica como valórica de los niños, sobre todo en su primera infancia.
Éste grupo de estudiantes comenzó a provocar por asuntos triviales como "devuélveme lo que es mío" o "deja de mirarme" a otros dos compañeros, llegando a los golpes, En ésta situación tuvo que intervenir la profesora y yo, para separarlos.
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